Los pacientes con artritis crónicas, como la artritis reumatoide o la artritis psoriática y los pacientes que padecen enfermedades autoinmunes como el lupus sistémico, bien por la propia enfermedad o por los tratamientos que usan (inmunomoduladores o inmunosupresores), así como los pacientes tratados con terapia biológica, tienen mayor riesgo de infecciones.
Algunas de ellas se pueden prevenir mediante el uso de vacunas. En todos ellos, se aconseja vacunar de forma rutinaria con gérmenes inactivados, frente a la gripe, la hepatitis B y contra el pneumococo. Están prohibidas las vacunas con gérmenes o virus vivos.